30 de julio de 2011

¿Voto apolítico? Ya quisieras



Quiero hablar sobre un tema que escucho muy a menudo últimamente, sobre todo centrado en el PRO. Una cuestión meramente de análisis político pero que hace a la construcción de una alternativa.

Hablamos del voto "apolítico" (en duda), ese que presuntamente habita en la derecha únicamente y que responde a la falta de contenido de publicidades con colores "llamativos" y las consignas "Vos sos bienvenido" o "Juntos venimos bien"; pero que me parece que también pertenece a "Llegan los que sí pueden" (¿qué? ¿Pueden qué?) o "Solo Pino le gana a Macri". Que interesante ver que existe, en verdad, un gran contenido político en las campañas del Pro, del fpv y de proyecto sur; y que precisamente es el contenido el que los hizo perder.

Detrás de estas movidas publicitarias hay, como en toda publicidad, un fuerte contenido que se impulsa, pero permítanme divagar primero sobre la publicidad en sí.¿Por qué tiene que tener contenidos fuertes? Es algo en lo que tengo que sintetizar una idea, un pensamiento y largarlo. No entiendo porque nos parece mal que una propaganda tenga 20 palabras. De hecho, sería un pésimo publicista el que hiciera un spot de 5 minutos.

Vos sos bienvenido”, te sentís afuera de la política, venite; o “Juntos venimos bien”, vos (votante) estás viviendo mejor conmigo (gestión). Si tu análisis es que es por el trabajo de la Nación, con ellos venimos bien porque la Ciudad hace su contrapeso, todo tiene que seguir como está. Esos son mensajes que tienen un fuerte contenido político. Ésta es la ventaja de la gestión, ya tiene algo que mostrar, ya tiene un contenido.

La gente, verán, no se olvida de las cosas, las recuerda pero de un modo peculiar. Basta con decir “escuelas” y uno puede relacionar: Tomas y gas. Uno dice “seguridad”: Policía Metropolitana y discurso xenófobo (sí, no nos hagamos los giles, hay voto racista).

Claro, el votante porteño, en su mayoría, no depende de la salud pública (cosa que nos demuestran los propios datos que usamos para criticar al macrismo de racista), entonces la salud pública no es uno de sus temas principales. No vieron nunca lo que es la salud pública tampoco, no se sienten conmovidos más que por ver un hospital en malas condiciones, pero saben que tienen su obra social cuidándolos.

Entonces vemos el “Llegan los que sí pueden”, pero, ¿qué pueden? No hay, en toda la publicidad, una propuesta real. En el spot original lo único que se hace es un repaso de las cosas en las que el macrismo falló. Se pregunta a un electorado que siempre fue adverso “¿cómo llegamos a la Ciudad del no se puede?”, habiendo un 45% que votó a Macri (el hombre no se puede) en primera vuelta y un 60% en segunda. El contenido político es “no vayas con ese que no puede, venite conmigo que sí”, pero se olvidan que hay algo más que estuvo llenando de contenido las discusiones durante 3 años: Los medios que le pegan al gobierno. Y de esos hay muchos, en la Ciudad son mayoría.

Después el vacío por excelencia: “Solo Pino le gana a Macri”. ¿Para qué quiero ganarle? Nada. Es como esperarse que en la política semi-virtual y 80% televisiva de hoy en día la gente vea las entrevistas esporádicas que se le hace a Pino, para que éste llene de contenido su propuesta. No, está muy ocupado quejándose de las encuestadoras y peleándose con Filmus.

Al fin y al cabo, el único que hizo una propuesta, que, sí, involucra derechas, involucra inversión en lo privado en desmedro de lo público, es Macri.

No digo que la gente que lo votó se convenza por eso, pero sí dio sus primeros pasos hacia el pensamiento del votar al PRO por esa vía, y eso es lo que buscaban. Una vez allí, cuando ya hay cierta simpatía, “Mauri” aprovecha. Se queja de una campaña evidentemente agresiva de la oposición no sin meter alguna chicana como el caso Schoklender (falacia argumentativa contra Filmus) o sin siquiera mencionar a Pino (fomentando una polarización que fue real, pero no determinante).

Lo más triste es lo que viene después. Página 12 publicando el “artículo” de Fito, 10 días haciendo catarsis de por qué se perdió en vez de salir a militar, y la más artera traición de muchos sectores del FpV a su propio candidato por no querer pelear una elección que ellos ven perdida (lo cual va a derivar en la verdadera derrota cuando la diferencia Filmus-Macri se amplíe).

El problema es de lectura, efectivamente. La gente sabe lo que vota, lo sabe bien. Sabe también lo que no vota. Quizás no sea consciente de ello, pero la decisión es política y está tomada. Peor es, entonces, salir a pedir responsabilidad acusando de “apolíticos” a los votantes que tuvo la derecha cuando hubo una decisión fuerte. Eso se sigue haciendo.

Ahora con Del Sel, un “payaso”. Pero la gente sabe quién es Del Sel. No es solo un actor copado, es el hombre de Macri y Duhalde, dos tipos que inspiran un contenido político de derecha.

El error está en no reconocer la estrategia que están teniendo estos partidos. Dormimos en los laureles de una táctica política que puede haber servido en 2010 y principios del 2011 para conseguir militancia, pero que evidentemente va a llevar a una seria debacle de la centro-izquierda como ya ha sucedido con la izquierda extremista.

Éstos movimientos políticos, que superaron la etapa más difícil que tenía la izquierda que era no dividirse, ahora deben adaptarse a un paradigma donde la táctica es no agredir ni al candidato ni al votante. Ante la chicana, ese comentario por lo bajo que lo libra a uno de toda responsabilidad (por no ser directo) pero que deja al televidente o al radioescucha pensando sobre la crítica, se debe desarrollar una propuesta que encarne humildad, la humildad que falta para un proyecto político.

Y falta en todos, no seamos necios tampoco. Falta en Pino, falta en Cristina, falta en el Frente Amplio Progresista, en todas partes. Son mezquindades que, ante el avance fuerte de una reacción a cambios que vive Latinoamérica en estos años, deben superarse rápidamente, puesto que se corre el riesgo de que se termine retrocediendo en victorias de políticas sociales que son evidentes hasta en la misma cultura.

No se si hace falta mostrar los problemas de una derecha que ya se juega a todo (Alfonsín diciendo que vota a Duhalde en segunda vuelta, Macri se va a definir por ese lado también, Carrió que asegura que nunca votará a un kirchnerista). Se juega todo porque saben que hacen presión en un momento clave. Si triunfan, se vienen años complicados, años en los que la pelea entre Kirchner y Solanas va a ser una pavada al lado del reclamo de eliminación de retenciones, privatización de Aerolíneas Argentinas, pago de servicios sociales a través de ajustes (lo cual termina en la eliminación de los servicios), etc. Hay que ser convocante interna y externamente para avanzar en octubre de forma definitiva y correr la discusión a temas muy pendientes en el país.

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