29 de agosto de 2011

Falacia "ad irregularis" tras las PASO


Me gustaría remitirme a un tema penoso que surge como repercusión de las elecciones primarias, no por su veracidad o no, sino por el efecto que se le busca dar: las denuncias de irregularidades.

Antes de hablar del tema, vamos a explicar brevemente lo que es un día de fiscalización electoral, para que queden los tantos claros.

Paso 1: A eso de las 8 menos 10, uno llega al colegio que tiene que fiscalizar. Se acomoda en la mesa que le corresponde saluda a las (idealmente 3, presidente y dos suplentes) autoridades de mesa, se prepara y se abre la urna. Votan las autoridades, votan los fiscales, y se habilita el sufragio a los ciudadanos.

Paso 2:En el transcurso del día, uno ingresa periódicamente (cada 45 minutos, más o menos, dependiendo de la cantidad de gente) al cuarto oscuro para revisar que el orden de las boletas sea el correcto, que no falte ninguna, y que no haya ninguna irregularidad (carteles, boletas rotas, papeles tirados). Ante cualquier inconveniente, hay 2 o 3 (depende de la cantidad de mesas) delegados de la Justicia Electoral a quienes se le pueden hacer consultas. Sin embargo, la decisión final siempre es del Presidente de Mesa (o de los suplentes, si éste no se presentó).

Paso 3: A eso de las 18 (en el caso ideal), se cierran las puertas del colegio. Votan las personas que quedan en la fila y luego se cierra la urna. Se procede, luego, a ingresar al cuarto oscuro, donde solo las autoridades podrán tocar y abrir los sobres para contar los votos (en los hechos, muchas veces reciben ayuda del personal de gendarmería o de los fiscales, algo que no es correcto pero tampoco es la muerte). Éste es el conteo provisorio (no es definitivo).

Paso 4: Luego de contar y recontar (los fiscales pueden recurrir votos que consideren irregulares y pedir recuentos), se procede a labrar el acta de cierre, en el que se anotan los votos de cada agrupación, los blancos y los nulos. El acta, las boletas, los sobres, y otros documentos pertinentes se guardan en la urna que se cierra definitivamente hasta el conteo definitivo.

Paso 5: El presidente de mesa llena un telegrama con los mismos datos que aparecen en el acta y se los entregan a un personal del Correo Argentino. Éste lo transporta al Centro de Cómputos Oficial, donde se suben los resultados delescrutinio provisorio.

Paso 6: Días después, apoderados y representantes de los partidos se presentarán al conteo definitivo, en el cual se abrirán las urnas, se corroborarán los telegramas y se compararán actas de los partidos, y, si no hubiera inconvenientes, se confecciona el resultado definitivo, el único aceptado legalmente.

Ahora...

A sabiendas de todo ésto, uno empieza a considerar extraño que se realice semejante escándalo sobre denuncias en 6 mesas. Son las que hizo Eduardo Amadeo, candidato bonaerense por el duhaldismo.

Es un peronista con -imagino- alguna experiencia política. Es decir que debería saber que un telegrama no vale nada, legalmente hablando.

De hecho, es todavía más curioso que se de tanta prensa a 6 urnas, cuando en la Provincia de Buenos Aires había 31.519 mesas en total. Es decir, un escándalo sobre el 0,02% del padrón del distrito, y 0,007% del nacional.

Digo, hablemos sobre por qué la Justicia Electoral no quiso distribuir las boletas y se tuvo que hacer cargo el Poder Ejecutivo (que no se encarga de las elecciones por no ser un poder neutral). Hablemos de por qué hay dos jueces (María Servini de Cubría y éste tipo, Manuel Blanco) que quisieron trabar las Primarias porque no le daban los fondos que querían (ejem, sin comentarios).

O sino, más fácil, pensá (porque no lo vamos a hacer por vos), Amadeo, sobre cómo vas a hacer para reducir el corte de boleta Duhalde-De Narváez.

Si hubo 6 personas que intentaron vulnerar la voluntad democrática, se debe investigar y resolver, pero, ¿era necesario hacerlo portada de 3 (muy leídos) diarios?

No hay problema con la investigación per sé, pero sí sería pobre que ésto constituya un intento de denostar resultados electorales. Sería tristísimo que juzgáramos de otra manera lo que fue una de las mejores participaciones democráticas desde el regreso de la democracia por semejante pequeñez. Triste ya es la falacia "ad irregularis" que sufren los comicios pasados. Mucha suerte en octubre y empecemos a discutir temas importantes en la Argentina.