20 de octubre de 2011

El decadente fin de la Coalición Cívica llega un punto cúlmine

La Coalición Cívica camina una cuerda floja. Sus malos resultados electorales la han dejado al borde de la disolución y/o la división, pero, lo que es peor, su contenido político demuestra una creciente incapacidad de interpelación al votante.

El caso más prominente lo encontramos en la confección de listas. Allí, esa idea de conformar una fuerza de centroizquierda de Elisa Carrió llegó a su fin cuandodecidió aliarse al ex titular de las CRA (Confederaciones RuralesArgentinas) y sospechado colaboracionista con la última dictadura, Mario Llambías (el del sucio trapo rojo).

Si a ello le sumáramos las visiones apocalípticas de la dirigente, sus continuas faltas de respeto a dirigentes de renombre en diferentes fuerzas (la más reciente a Hermes Binner, en su delirio de la supuesta reforma para la reelección indefinida), tendríamos mezcla suficiente para condenar a la desaparición a esta fuerza, pero aparentemente continúan esmerándose en apurar el proceso.

El candidato a diputado, Fernando Iglesias, no tuvo mejor idea que crear el peor video de campaña de su partido, a fin de, quizás, quitarse votos de encima. Se llama “Los locos K”, y no consta de más que una gran y penosa chicana al kirchnerismo.

Quizás juzgo velozmente, usted dirá, pero comprendamos que al lado de este video, Ricardo Alfonsín es un prócer cuando le habla a Cristina Kirchner, Guillermo Moreno no toca a una mosca, Eduardo Duhalde es Abraham Lincoln cuando dice que gobernó con orden y Hermes Binner es un adolescente con guitarra eléctrica en sus discursos.

No es que no se puedan criticar los temas que se muestran, de hecho me parecen dignos de una discusión, pero aproximarse a ellos de esta forma es lo más bajo que una fuerza política puede hacer.

Y es así igual. La Coalición Cívica saldrá por debajo del Frente de Izquierda, Patricia Bullrich asumirá como diputada del PRO y un ruralista con pasado dudoso será nuestro representante en el Parlamento. Cosas que dejan estructuras anticuadas y (afortunadamente) abandonadas por la gente. Será cuestión de esperar a que desaparezca esta oposición en chiste.